¿Acaso
no soñamos todas con el príncipe azul?
A
estas alturas ya sabemos que el príncipe es quien nos ama y nos respeta pero si
además nos ofreciera una corona de brillantes, un reino, una vida de
prosperidad, repleta de viajes por el mundo, en principescos
palacios, conociendo a personajes ilustres que se sintieran honrados ante nuestra presencia
Bueno, ¡eso es de cuento!
Si no existieran las diferencias sociales,
seguro las inventaríamos
y él la considera su mejor amiga, su alma gemela, su
esposa ,
la madre de sus hijas y su reina consorte.
la madre de sus hijas y su reina consorte.
Ah! ¡ese es un hombre enamorado!
Ahora es cuando nos preguntamos: ¿cómo hicieron este puñado de plebeyas para derretir el corazón de un príncipe heredero?
Ya
sabemos que el amor es un misterio que según el
Dr. Freud se resumiría en “mover aspectos psicológicos en el otro”
Dr. Freud se resumiría en “mover aspectos psicológicos en el otro”
simpática
inteligente
y la confianza que proporciona pertenecer a los círculos de elite
pero
además es positiva, entusiasta, espontánea
carismática
y tiene lo que
pocas en la realeza: estilo único
A
ella no le van los tapaditos de franela de Kate Middleton, ni los trajecitos de
abogada de Letizia, ni los vestiditos de ama de casa de Mary, y por su puesto
está en las antípodas del mal gusto de Mette-Marit.
Máxima
siendo aún plebeya impuso elegancia en Holanda, las wanna-bes trataron de
imitarla a rajatabla pero ...la elegancia no se puede aprender.
El estilo es innato.
Antes
de conocer al príncipe Maxima era una profesional de éxito en Nueva York,
repleta de proyectos que disfrutaba de la vida y que frecuentaba el atelier de la
diseñadora Graciela Naum en Buenos Aires que le preparaba una colección de
modelitos para lucir en la Gran Manzana.
¡ Qué espléndida!
Amarnos y respetarnos es el principio de una hermosa amistad con nosotras mismas.
Entonces ¿no sería maravilloso ir por la vida como si
fuéramos dignas del más noble de los
príncipes?
fuéramos dignas del más noble de los
príncipes?
El
primer paso para dejar de besar sapos sería empezar por querernos y mimarnos y
trazarnos objetivos para alcanzar el máximo de nuestro potencial y ser la mejor versión de nosotras mismas.
y vivir una
vida plena disfrutando de todo lo que nos ofrezca a cada paso y si al dar
vuelta la esquina el amor nos sorprende,
¡no nos sorprendamos que sea un príncipe!
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