Carolyn Bessette hizo
historia el día que apareció en todas las revistas del mundo vestida de novia
junto a John Kennedy Jr. quien hasta ese momento era considerado el soltero más
codiciado del mundo.
El príncipe había encontrado
a su princesa pero…¿quién era esa joven que había destruido la ilusión de millones
de mujeres en el mundo?
¿Cómo había logrado cautivar al apolíneo heredero de la dinastía Kennedy y hacerlo perder su preciada soltería a los 35 años?
La habíamos conocido un año antes cuando fueron fotografiados juntos durante un fin de semana en Hyannis Port
y a simple vista cumplía con los requisitos del estereotipo de John-John: alta, rubia y delgada. Aparentemente se trataba de una copia de Daryl Hannah pero nos equivocábamos.
La desconocida que se había
alzado con el trofeo más preciado no era una rutilante estrella de Hollywood,
ni una escultural modelo, no era conejita de playboy ni graduada con honores en
Harvard.
¿Quién era esa chica?
Dueña de una belleza particular, Carolyn nació en una localidad afluente de clase media alta del estado de Connecticut.
Sus padres se divorciaron cuando ella era muy pequeña y la madre se volvió a casar con un cirujano.
Asistió a un colegio de monjas y en el anuario de fin de curso sus compañeras la catalogaron como “The ultimate beautiful person”.
Cursó la carrera de
magisterio en la Universidad de Boston donde la invitaron a posar como modelo para un calendario de la facultad.
Le encantaba la moda y al
finalizar sus estudios, comenzó a trabajar como vendedora en el local de Calvin
Klein en Boston.
Un ejecutivo de la firma de
New York la vio y su estilo no pasó
desapercibido.
Inmediatamente la ascendieron a relaciones públicas de la firma y se trasladó a la casa central de New York.
Al conocerla, el mismísimo Calvin Klein quedo fascinado con ella.
Le encantaba como combinaba sus prendas y le pedía consejo para armar los conjuntos en los desfiles
Fue Kelly Klein, la entonces
esposa de Calvin, quien presentó John a Carolyn y se dice que el flechazo fue
fulminante. John quedó prendado de su carisma y estilo.
Un encuentro que transformaría sus vidas para siempre.
Por entonces ambos tenían
pareja – John aún no había roto con Daryl Hannah y Carolyn salía con Michael
Bergin, famoso modelo de ropa interior Calvin Klein, que luego se convertiría
en uno de los vigilantes de la playa de Baywatch (nada mal como para darle celos
a su futuro marido!)
Pero ¿quién podía resistirse
a los encantos de John-John?
Una vez un periodista dijo que:" entrar a una disco
de Nueva York de la mano de JFK Jr. era
como entrar al cielo de la mano de San Pedro!"
Todas las mujeres lo
asediaban y se le tiraban a sus pies pero Carolyn era diferente…
No estaba dispuesta a ser
una rubia más en su vida y cuenta la leyenda que leyó “Las reglas del juego”- el famoso libro
de consejos para atrapar al hombre de tus sueños -escrito por Ellen Fein &
Serrie Schneider y las cumplió a rajatabla.
Se hizo desear, jugaba a
hacerse la difícil y le dio resultado.
Por primera vez John tuvo
que esforzarse por conquistar a una mujer y en el proceso se enamoraron.
A partir de allí asistieron
juntos a un sin número de eventos y galas.
Luciendo espléndida y super
chic en cada velada, refinaba su estilo a cada paso.
Al año de conocerse ella se mudó al piso de soltero que JFK Jr. había comprado poco antes de conocerla en el ascendente barrio neoyorkino de Tribeca.
Carolyn no sólo le gustaba,
sino que la amaba y quería hacerla su esposa.
Planearon la ceremonia en secreto pero si bien los sentimientos eran profundos, la relación pasó por altibajos y tuvo sus momentos tumultuosos como cuando discutieron a los gritos en el Central Park.
y luego se reconciliaron a los besos y abrazos.
A los seis meses del altercado se casaban.
El 21 de septiembre de 1996 y a la salida de la iglesia bautista en la costa del estado de Georgia, John proclamaba a los cuatro vientos que era el hombre más afortunado del mundo.
Fue su amigo Narciso Rodríguez el elegido para diseñarle el sencillo y
posteriormente icónico vestido de novia.
Fina, distinguida, con mucho encanto y gran personalidad, a partir del momento de su boda, Carolyn se convirtió en referente de estilo.
Su look fue copiado y repetido en todas las
revistas del momento.
Una vez le preguntaron a
John que era lo que le atrajo de Carolyn y él respondió:“ Her sense of style” (su estilo)
Un enfoque minimalista con
un toque moderno, su guardarropa se centraba en colores neutrales y diseños de
Gucci y Prada, sus favoritos.
Indudablemente el hijo de la mujer que fue icono indiscutido de elegancia y distinción sucumbía a los encantos de una mujer que de alguna manera le recordaba a su madre
Ella fue puliendo su estilo
minimalista, cada día más rubia, cejas más finas, cabello recogido.
Negro para
la noche y labial rojo furioso eran su marca registrada.
Se convirtió en la reina de
Nueva York y los paparazzi la perseguían.
Debía lucir impecable a toda
hora
Visitaba a su peluquero Brad
Johns semanalmente en su salón de Manhattan y el la atendía en un salón privado
custodiado por cámaras y seguridad.
El famoso estilista fue aclarando su
cabello gradualmente con reflejos y le proporcionó un alisado casi perfecto.
Para la noche adoptó el chignon.
Look apropiado para la socialite más glamorosa y admirada de la Gran Manzana.
Un colega de John en la revista George contaba que cuando John y Carolyn estaban juntos John no cesaba de jugar con el cabello de su esposa y cuando estaba solo en la oficina no dejaba de tocar su alianza de oro. Era obvio que Carolyn ejercía una enorme fascinación sobre su marido y era el centro de su mundo.
La lucha por el poder dentro
de la pareja había terminado el día que se casaron. Estaba a merced de su
amada. Su corazón tenía dueña y ella seria la que marcaría el paso de la
relación.
Los problemas matrimoniales
no se hicieron esperar y ya durante el primer año de casados tuvieron una
crisis donde se habló de divorcio pero la superaron y siguieron adelante.
Carolyn había dejado su trabajo en CK y se sentía agobiada por el asedio de la
prensa.
Se sentía dispersa, incómoda en su rol de esposa trofeo y no estaba preparada para convertirse en madre. Estaba sucumbiendo a las presiones de ser la consorte del heredero de la dinastía más famosa y poderosa de los Estados Unidos.
Mientras tanto, John ponía todo su
esfuerzo y energía en mantener a flote a la revista política George, la
cual había lanzado pocos años atrás y se
estaba yendo a pique al igual que su matrimonio.
Así comenzaron las
desavenencias en la pareja y los rumores
de infidelidad.
Pero el amor era más fuerte. Se mostraron juntos en eventos y trataban de superar sus diferencias.
La última aparición pública
de Carolyn fue junto a su prima política Maria Shriver y fue allí que Anna Wintour
la catalogó de “Moderna” y su
objetivo primordial era convencerla para ser la próxima tapa de Vogue.
John pasó la última noche en
el hotel Stanhope de Manhattan y que al día siguiente Lauren, la hermana de Carolyn
fue a verlo para que se reconciliaran y fueran los 3 juntos a la boda de Rory
Kennedy, prima de John, en Martha’s Vineyard.
Se dieron otra oportunidad y
ese día su unión quedaría sellada para siempre.
El destino estaba marcado.
El
cuento de hadas llegaba a su final infeliz.
Carolyn y John, la pareja icono de glamour de lo 90’, vivieron una relación profunda, intensa, transformadora e inolvidable.
Un gran amor.
La guapa Carolyne Bessette, me encantaba su estilo, ha sido única, sin quererlo, muy rubia, muy elegante, con mucha personalidad. Eran una pareja de guapos, me gusta mucho la foto de boda.
ResponderEliminarPues a mi nunca me gustó ella, prefería mil veces a Daryl Hanna, mucho más guapa y atractiva, esta tenía un rostro horrible, para mi desagradable que no compensaba el estilazo.
ResponderEliminarEra una mujer bella, una rubia despanpanante y creo que eso la hacia diefente ante las demas...!
ResponderEliminarEra una rubia despanpanante, su estilo y elegancia era lo que la hacia diferente ante las demas...!
ResponderEliminarEra muy elegante pero muy dramática no era buena para John John
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